En todo viaje romántico sentarse a la mesa forma una parte importante de la experiencia, porque se abre un espacio para comunicarse y compartir relajadamente.
Algunas sugerencias para que cada momento sea memorable:
LA CARTA ES PARA DOS.
Escoge un tipo de comida o lugar donde ambos encuentren opciones de su agrado. Si la propuesta culinaria desagrada a alguno, eso puede estropear el momento. La recomendación es sencilla: seleccionen en conjunto.
SELECCIONA PLATILLOS FÁCILES DE DIGERIR.
Especialmente en la noche, evita salsas pesadas o muy condimentadas, fréjoles, frituras, cualquier exceso que te haga sentir pesado y solo te haga pensar en echarte a dormir.
COPAS SIN EXCESOS.
Las bebidas alcohólicas relajan y divierten, siempre y cuando no se pasen de tragos.
ALIMÉNTATE CON EL CUIDADO DE SIEMPRE.
Si tienes alguna limitación o cuidado alimentario, no lo obvies porque estás de viaje. Cualquier indigestión, intolerancia, alergia, por mencionar algunas, arruinan cualquier momento.
LA RESACA Y EL ROMANCE NO VAN DE LA MANO.
Bebe agua entre trago y trago. El alcohol deshidrata y ocasiona dolores de cabeza que dificultan disfrutar el viaje. Esta recomendación es doblemente válida cuando se bebe vino, destilados puros y cócteles sin hielo.
CON TIEMPO, A TU RITMO.
Las comidas son el espacio perfecto para conversar, compartir, divertirse, conectar el placer de estar juntos al de comer. Así que tómate el tiempo que sea necesario, sin prisa.
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