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¿Quién dijo que los museos son aburridos?

Los museos en todo el mundo han cambiado. Si eres de los que piensa que son aburridos y que le quitan tiempo a la diversión, te demostramos todo lo contrario.

Han pasado de ser lugares fríos dedicados exclusivamente a la contemplación, a espacios de interacción donde es posible disfrutar y aprender las distintas facetas de cualquier tema.

Desde los más clásicos, que te podría tomar varias visitas y días conocer por completo, hasta los más pequeños dedicados a un tema, personaje, lugar, momento histórico, etc. La tendencia es mostrar las obras como historias que forman parte de un todo y su vinculación con nuestra propia vida.

Con toda seguridad estas recomendaciones convertirán tu paso por los museos en uno de los momentos más memorables del viaje:

Hay museos para todos los temas / Foto: Instituto Smithsoniano de los Estados Unidos

PARA TODOS LOS GUSTOS Y COLORES

Hay museos de todos los tamaños, tipos y temas. La primera cosa que debes tener en cuenta es que el tema principal del museo sea de tu agrado. Por ejemplo, si eres amante del arte clásico disfrutarás lugares como el MOMA en Nueva York, el Louvre o el Orsay en París, El Prado o el Thyssen-Bornemisza en Madrid por solo mencionar algunos. Pero también piensa que tipo de arte te gusta, si más clásico o moderno. Esa puede ser la gran diferencia entonces puedes visitar el Reina Sofía en Madrid o el Museo de Arte Moderno en Buenos Aires, por mencionar un par ejemplos.

También hay museos para amantes de asuntos específicos como un pintor o escultor, historietas, cine, músicos, arqueología, historia, deportes, moda, antropología, joyas, no hay límites.

ESCOGE BIEN E INFÓRMATE

Recorrer un museo de un tema que no te guste o interese puede ser una verdadera tortura y sentirás que pierdes tiempo precioso de viaje, que pudiste dedicarlo a otra cosa.

Si te aburre ver pinturas y esculturas clásicas, no te dice nada el arte moderno, o no te llama la atención temas como arqueología, historia, por solo mencionar algunos ejemplos. No pasa nada. Conversa con tus compañeros de viaje y vayan a un museo o galería donde todos disfruten.

NO MÁS DE DOS POR DÍA

Algunos museos pueden tomar horas, incluso días recorrer, lo cual puede resultar agotador. La recomendación es enfocarse en áreas específicas, no tienes que verlo todo en un día.

Si se trata de un lugar muy grande, una visita de tres horas es más que suficiente. Enfócate en tres o cuatro secciones, haciendo además pausas para entrar a la tienda, visitar el jardín, ir al baño o sentarte un rato a descansar.

En el caso de los museos más pequeños, basta con dos al día como máximo. La idea es asimilar lo visto, conversarlo con tus compañeros de viaje con una sabrosa bebida en la mano.

CERRADOS LOS LUNES

El primer día de la semana está considerado como el día internacional de los museos, por tal motivo la gran mayoría permanecen cerrados.

En las ciudades muy grandes donde hay dos, tres o cuatro museos grandes como Roma, París, Nueva York, Madrid, Londres o Berlín, entre otras, revisa cuál lunes del mes está abierto cada cual, porque se ponen de acuerdo para que siempre haya uno abierto este día.

Las edificaciones y jardines de muchos museos son tan atractivos como sus colecciones / Foto: Chris Karidis / Unsplash

CONTEMPLACIÓN O INTERACTIVOS

No todos los museos están diseñados para mirar.  Otros lo están para jugar, tocar, oler, involucrar todos los sentidos. Cuando visites una ciudad, revisa en Internet, las guías que te dicen cuáles son para niños o con actividades especiales como talleres cortos, conciertos, proyecciones de películas, conversatorios, entre otros.

Un aspecto a considerar es que las edificaciones de algunos museos y sus alrededores, son obras de arte en sí mismas. Entonces, puedes considerar la posibilidad de no entrar si estás corto de tiempo o dinero. Algunos ejemplos son la Pirámide de Cristal en la plaza de entrada del Louve y el del Museo de Osay que era una estación de tren, estos dos en París. Otros ejemplos son los museos Guggenheim en Bilbao (España) y Nueva York, el Museo de Arte Moderno en Londres, el CaixaForum en Barcelona, El Hermitage en San Petersburgo en Rusia, el Museo Nacional de Antropología y Museo Soumaya en Ciudad de México. Pero la lista es enorme porque incluye jardines y calles famosas como La Plaza de las esculturas de Botero en el Museo de Antioquia en Medellín, Colombia. Esto demuestra que hay muchas maneras de conocer un museo.

PERMANENTES E ITINERANTES

Usualmente, los museos más grandes junto a sus colecciones permanentes, ofrecen exposiciones de temas específicos. Los boletos los puedes comprar solo para una de las dos o para ambas. Las itinerantes son cortas, se enfocan en un período de la historia, de un artista o movimiento. Usualmente, están llenas de información fascinantes, de cierta manera no oficial, hallazgos recientes y nuevas interpretaciones.

Las exposiciones itinerantes son otra manera de disfrutar los museos / Foto Robin Garnier / Unsplash

PROMOCIONES Y DESCUENTOS

Como la idea es que todos podamos conocer los museos, en la mayoría abren sus puertas gratuitamente en determinados momentos. Puede ser un día a la semana o al mes, o después de determinada hora del día. También pregunta por descuentos especiales para estudiantes o personas de la tercera edad. Algunos museos, si compras por Internet y con antelación, ofrecen descuentos increíbles.

GUÍAS GRUPALES O AL OÍDO

Si dispones de poco tiempo o quieres disfrutar aprender aún más un tema y sacarle el jugo, contrata un guía que te mostrará lo más representativo. También puedes usar las audio-guías que cumplen la misma función, pero de manera individual y a tu ritmo.

ROPA Y ZAPATOS CÓMODOS

Aunque no lo parezca en los museos se camina mucho, así que ropa y zapatos cómodos. Dependiendo de la época del año, si hace mucho frío deja tu abrigo y bolsos en el ropero y si es verano usa prendas frescas, pero no muy descubiertas porque estos espacios tienen temperatura controlada que, por lo general, tiende a ser fría.

«Toca con los ojos», buen consejo para todos / Foto: Kevin Laminto / Unsplash

SE TOCA CON LOS OJOS Y SIN FLASH

Por nada del mundo toma fotos con flash. De hecho, están prohibidas en casi todos los espacios cerrados de los museos. Las cámaras de los teléfonos suelen tener buenas opciones para tomar fotografías sin flash. De todos modos, considera la opción de comprar postales o catálogos con fotos profesionales de tus obras favoritas.

Finalmente, no se toca con las manos, a excepción de los casos de los espacios interactivos y donde esté indicado. Los dedos tienen siempre una pequeña capa de grasa que estropea las obras artísticas. Por eso, recuerdo la máxima: “solo se toca con los ojos”.

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