La receta está servida en la Casa del Enemigo, pequeña bodega en la región mendocina de Maipú.
Un espacio que vincula genialmente el mundo del vino a la obra La Divina Comedia de Dante Alighieri, recreando sus tres grandes escenarios: el infierno, el purgatorio y el paraíso.
Al frente, el enólogo argentino Alejandro Vigil, considerado por muchos como un rock star y galardonado con los más altos puntajes en las guías de vinos internacional; quien después de una década al frente de la Bodega Catena Zapata, se mudó a Cachingo. Entonces, plantó su viña, su huerto, construyó su casa y su bodega.
Vigil se sienta a conversar con los comensales y descorcha botellas mientras narra historias de vida, vinos, música y arte. Simplemente, ejerce el rol de anfitrión de su casa, que habita con su esposa Adrianna y sus dos hijos.
La Casa del Enemigo es un espacio para cultivar el placer, donde se vincula la sala de barricas con el infierno o el purgatorio, las obras de arte y las frágiles copas de cristal servidas con los vinos de la casa, con el paraíso.
Los espacios son amplios, acogedores, idóneos para conocer el proceso de elaboración de vinos de alta gama, de la mano de un de los mejores. Pero a su vez, permite dejarse llevar por el placer de la buena mesa, cuyos platillos en un noventa por ciento están preparados con ingredientes de las chacras vecinas, en un verdadero festín de terruño mendocino que armonizará con los vinos El Enemigo y El Gran Enemigo.
Deleitarse en esta experiencia es sencillo y bien vale dedicarle el tiempo cuando visite la región de Mendoza, en Argentina, que ahora está a un vuelo directo de distancia desde Lima.
Hola Vanessa, me encantó la nota, para los que nos gusta el buen comer y beber es un atractivo adicional interactuar con un enólogo súper estrella.
Jaky, muchas gracias por tu comentario. Ciertamente, Alejandro Vigil es un enólogo extraordinario y sus vinos son increíbles.
Lo probé el otro día. Fantástico! PERO tomarlo bien frío.