Una máxima viajera reza que un kilogramo de peso no es gran cosa, solo si es por una hora. Pasadas dos horas pesa bastante y después de tres horas se convierte en una carga insoportable, con consecuencias sobre la espalda y el buen ánimo.
Cuando hagas la maleta, respira profundo, piensa saldrás de la rutina y que no utilizarás toda la ropa. Además es beneficioso dejar espacio para las compras.
Viajar ligero parece una proeza imposible, pero no lo es. Si te sientes incapaz de lograrlo, basta buscar tutoriales en Youtube y te sorprenderás de las alternativas.
Si el viaje supera la semana, siempre tendrás la posibilidad de una lavandería en cualquiera de sus versiones. Entonces, utiliza solo una maleta cuyo peso puedas cargar, porque no siempre se dispone de ayuda.
EN LA MALETA NO DEBE FALTAR: un jean, un legging, una pijama, una chalina y una casaca ligera si el lugar o estación son frescos. Por nada del mundo olvides un traje de baño y alguna opción un poco más formal. Procura no viajar con más de tres pares de zapatos (2 es lo ideal).
Además, evita ropa clara porque disimula menos el sucio. Empaca vestimenta que no exija planchado. Pero por encima de todo, que la ropa sea cómoda y se adapte al clima.
Por lo general, cuando viajamos salimos temprano y regresamos al hotel hasta la noche, a menos que haya una actividad especial. Entonces, posiblemente usarás la misma la ropa todo el día y este es una información importante cuando haga su maleta.
Cuando viajes, que el equipaje no lo sientas como una carga pesada y fastidiosa que te limita, muy por el contrario, pero hay que hacer concesiones y pensar que romper algunas rutinas o hábitos te dará más libertad de acción y diversión.
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